sábado, 24 de agosto de 2013

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Contraluz-2
Este es el momento. Hoy comienza esta fascinante aventura que lleva tiempo revoloteando por mis sesos. Hoy es el día.
El motivo para concebir este blog es un humilde intento de combinar dos de mis más preciadas pasiones: escribir y fotografiar... y de esta mezcla ha surgido una inevitable devoción por mirar y comentar fotografías que me sugieren cosas, que me remueven emociones o aquellas que, a pesar de su aparente sencillez, son capaces de deslumbrarme.
Para ello, periódicamente elegiré fotografías de autores más o menos conocidos que me servirán para reflexionar o especular o ve a saber qué...
Por supuesto, mi aspiración no es evaluar la calidad técnica de las imágenes que pienso publicar: ni estoy capacitada para ello ni es lo que pretendo. Mi intención es relatar mis percepciones de una forma más o menos coherente a partir de una fotografía que, como ya he dicho antes, me sugiera cosas.
¿Por qué este nombre? ¿Por qué “Morir de un ataque de flash”?
Me explicaré.
Hace unos cuatro años cursaba mi primer taller de fotografía de autor, época en la que empecé a torturar irremediablemente a mi familia para conseguir imágenes creativas. Un día, mientras colocaba a mi hija ante un inspirador contraluz ataviada con una peluca de nylon azul eléctrico y un tutú de bailarina cutre, tropecé torpemente con una pata del trípode e intentando desesperadamente mantener todo el tinglado montado para que mi réflex no se estrellase contra el suelo, hice un par o tres de extraños requiebros dignos de la coreografía contemporánea más sofisticada...y, después de un alarido estremecedor, lo siguiente que salió de mi boca fue: –¡Uy! ¡Casi me mato! . Fue entonces cuando mi hija, mi ocurrente hija, con la peluca de nylon descolocada y sus brillantes ojos de obsidiana lagrimeando por su inminente ataque de risa me respondió: –No, mamá. Tú solo puedes morir de un ataque de flash.
He atesorado esa frase maravillosa durante años en mi corazón, esperando el dulce momento en el que tuviera su justo lugar.